viernes, 14 de septiembre de 2012

La Torre de Babel y el origen cristiano de la diferencia lingüística

La Torre de Babel era una construcción mencionada en el Antiguo Testamento, mediante la cual, los hombres pretendían alcanzar el cielo. La mayoría de los estudios defienden que aquella antigua Torre de Babel sería el nombre que le pusieron al ya destruido Etemenanki, un gran zigurat construido en el siglo VI a. C. en la ciudad de Babilonia















Relato bíblico (Génesis 11: 1-9)
Toda la Tierra tenía una misma lengua y usaba las mismas palabras. Los hombres en su emigración hacia oriente hallaron una llanura en la región de Senaar y se establecieron allí. Y se dijeron unos a otros: «Hagamos ladrillos y cozámoslos al fuego». Se sirvieron de los ladrillos en lugar de piedras y de betún en lugar de argamasa. Luego dijeron: «Edifiquemos una ciudad y una torre cuya cúspide llegue hasta el cielo. Hagámonos así famosos y no estemos más dispersos sobre la faz de la Tierra». Mas Yahveh descendió para ver la ciudad y la torre que los hombres estaban levantando y dijo: «He aquí que todos forman un solo pueblo y todos hablan una misma lengua, siendo este el principio de sus empresas. Nada les impedirá que lleven a cabo todo lo que se propongan. Pues bien, descendamos y allí mismo confundamos su lenguaje de modo que no se entiendan los unos con los otros». Así, Yahveh los dispersó de allí sobre toda la faz de la Tierra y cesaron en la construcción de la ciudad. Por ello se la llamó Babel [en hebreo, Babel significa "balbuceo", "confusión al expresar algo"...], porque allí confundió Yahveh la lengua de todos los habitantes de la Tierra y los dispersó por toda la superficie.


La Torre de Babel (1563), de Brueghel el Viejo
Brueghel el Viejo y la sociedad del siglo XVI
Brueghel el Viejo (h. 1525 - 1569) pintó hasta en tres ocasiones esta torre, aunque sólo se conservan dos obras. En esta, Brueghel parece atribuir el fracaso de la construcción a problemas de ingeniería estructural más que a diferencias lingüísticas, aunque ambas estarían relacionadas, pues es casi imposible llevar a cabo correctamente la orden de alguien a quien no entiendes. Así, aunque la torre parece estar hecha a partir de varios cilindros horizontales, lo cierto es que esos cilindros están algo inclinados, en forma de una espiral ascendente. Sin embargo los arcos sí que están construidos perpendicularmente sobre el suelo, lo que hace que el resultado sea una torre algo inestable. A ello hay que sumarle que los cimientos de la parte inferior no están del todo finalizados cuando ya se han construido pisos de la parte superior. En general, se podría decir que la torre daría la imagen de algo caótico, abocado a la destrucción.
En la esquina inferior izquierda podemos ver a una comitiva avanzando para ver el estado de las obras, al frente de la cual se encuentra el rey Nimrod, barbado, con capa azul pálida y sujetando con la mano derecha un bastón dorado. Fue este bíblico rey Nimrod, al que algunos identifican con Sargón I de Akkad, quien llevó a cabo la construcción de esta iglesia. A su paso, los obreros se van arrodillando como acto de sumisión hacia su rey, algo mucho más propio de la cultura oriental donde debería desarrollarse la escena.
Sin embargo, hay algo que podría llamar la atención en esta obra, algo que no es ya la torre en sí, sino el fondo que la rodea. Mirando este fondo con detenimiento podemos ver modernos galeones a la derecha, con castillos medievales...y multitud de casas, a izquierda y derecha de la torre, con un tejado a dos aguas bastante inclinado, muy propio de la estética de los Países Bajos. Además, se pueden ver también unas cuantas torres con pináculos, y una gran muralla circular rodeando la ciudad. Este tipo de urbanismo es muy típico del Renacimiento nórdico (Países Bajos, Alemania...) pero muy poco adecuado, obviamente, de la Babilonia del siglo VI a. C. en la que se supone que tuvo lugar la construcción de esta obra. Es decir, de la época en que fue construida la Torre a la fecha en que Brueghel la pintó, pasaron unos 1.600 años. ¿Por qué unir ambas épocas en un sólo cuadro?
En el siglo XVI, Amberes era uno de los centros más importantes de intercambio comercial más importantes a nivel mundial. Allí llegaban comerciantes de todos los rincones de Europa, América y el este, con productos provenientes de la famosa Ruta de la Seda. Sin embargo, un ambiente como este también tenía sus puntos negativos. Para un pintor que tiene que buscar sus méritos para destacar en su país, el hecho de que ese país se llene de multitud de pintores, muchos de los cuales ni siquiera hablan su idioma, es un gran inconveniente. Además, la política tampoco estaba en su mejor momento. Los Países Bajos formaban parte de España, y Amberes era solo una ciudad comercial cuyo beneficio servía a España.
En general, se podría decir que el propósito de Brueghel el Viejo era mostrar el caos que producía en Amberes la falta de entendimiento, trasladando un motivo bíblico, conocido por todos, a su propia geografía conocida.
La "pequeña" torre de Babel (1563) de Brueghel el Viejo. Si pinchando en la imagen no la veis suficientemente grande, haced click aquí
En su otra representación conservada de la torre, La "pequeña" construcción de la torre de Babel, le da otra vuelta de tuerca más a esa reflexión. Si podéis acercar mucho la imagen y fijaros en el piso central, podréis ver unas pequeñas cabezas paseando por la torre. Esas cabezas corresponden a una procesión religiosa, por lo que a la reflexión que hizo en el anterior cuadro, se suma otra más: si la torre de Babel se utiliza comúnmente, no sólo como representación de la falta de entendimiento, sino también como alegoría de la soberbia humana, en este caso los protagonistas de la soberbia, causantes de la falta de entendimiento, son los miembros de la propia Iglesia católica.

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